James Nicholson, un residente de 46 años del Bronx, decidió embarcarse en un viaje de poliamor en solitario después de sufrir una ruptura en octubre. Nicholson se dio cuenta de que quería centrarse más en sí mismo que en otra persona, pero sin perder las ventajas de la intimidad romántica.
Haciendo malabares con el trabajo, el dolor por la pérdida de un familiar y la crianza de un hijo de 14 años con su exesposa, Nicholson optó por salir con varias personas a la vez, sin la intención de avanzar en una relación exclusiva.
El poliamor solitario, una categoría que todavía desconcierta a muchos, implica tener relaciones íntimas en simultáneo manteniendo la independencia. Para los polisolitarios, el objetivo no es una pareja exclusiva, un matrimonio ni compartir finanzas o vivienda con alguien.
En entrevistas con personas que se identifican como polisolitarios, se destaca la importancia de la comunicación y la transparencia en estas relaciones, que no se definen por el objetivo de encontrar un alma gemela. A diferencia de otras formas de poliamor, las parejas de los polisolitarios no interactúan entre sí.
A medida que este estilo de vida gana adeptos, algunas personas han respondido con escepticismo, tachando el poliamor solitario de una nueva etiqueta para estar soltero y tener citas casuales. Sin embargo, para Tyomi Morgan, sexóloga de 36 años, ser polisolitaria significa experimentar libertad y felicidad al darse prioridad a sí misma en sus relaciones.
Para Nicholson, la etiqueta de polisolitario le ayuda a definir claramente el tipo de soltero que es en este momento, fomentando una conexión y comunicación sanas con las personas con las que interactúa de forma continua.
En un mundo donde las relaciones románticas están en constante evolución, el poliamor solitario emerge como una opción válida para aquellos que buscan mantener su independencia mientras exploran conexiones íntimas con varias personas.